Ya está. Se termina el verano y volvemos a la rutina del curso escolar. Hasta pronto bañadores, chanclas, manguitos, pala y cubo, piscina, algo de playita y tardes interminables.
Nos pasamos meses esperando la llegada del calorcito, el buen tiempo, y luego en un “plis-plas” tenemos que despedirnos y dar la bienvenida a los colores del otoño. ¿Por qué será que (para bien o para mal) se pasa tan rápido?
Toca volver al cole, a las cenas prontito, preparar uniformes, descartar ropa que ya queda pequeña, forrar libros, recordar horarios… En definitiva, volver a la «rutina«. Parece mentira, pero algo tan simple como la rutina diaria y el saber “qué es lo que viene luego”, da mucha seguridad a los pequeños de la casa.
Por otro lado, (y seamos sinceros), los papás también necesitamos tener un poco más organizadas nuestras vidas…jejje y no es que no nos gusten las vacaciones, pero la realidad es que como todos los años, el verano es tannnnnn largo que las energías van en descenso y la impaciencia en ascenso! Ya no quedan campamentos de verano, abuelos que puedan ayudarnos, o algún voluntario que quiera hacerse cargo unas horas de los enanos jejejej (espero no ser la única!)
Volvamos al ruedo. Empecemos con buen pie esta nueva etapa y recordemos que en unos meses ¡ya estaremos disfrutando de nuevo de la primavera! pongámonos como obejtivo compartir alguna actividad especial con los enanos: leer un libro juntos, hacer algún paseo especial, seguro que encontraremos incentivos para afrontar este nuevo curso con muchas ganas!!
Y como recuerdo, nuestra mejor postal veraniega…
Millflores