Me encanta celebrar. Me encanta organizar los preparativos, pensar qué puedo hacer, cómo puedo decorar. Pensar el espacio, la ocasión y quienes nos acompañarán. Lo lógico sería que todas las celebraciones estuvieran acompañadas de familia y amigos. La realidad es, en cambio, que para muchas celebraciones el hecho de tener a la familia y a amigos lejos (aunque tengamos cerca otros muchos), hace que sean momentos especiales. Sin embargo, las facilidades que tenemos hoy en día en lo que se refiere a la tecnología que tenemos a mano, hacen muchas veces que esos kilómetros de distancia parezcan menos, y que podamos sentirnos acompañados en todo momento!
La semana pasada cenaba con un grupo de amigas y comentando los pros y contras de las redes sociales que tan de moda están hoy, opinaba que en situaciones como la mía, que tenemos a abuelos, tíos, primos y demás fuera de nuestra ciudad (y en algunos casos del país), el hecho de poder mostrar instantes de la vida diaria mediante un post de manera inmediata, un mail o conectarnos con el ordenador por skype, hacen que la distancia prácticamente no exista! Y si bien es cierto que siempre es mucho mejor (¿o no?) tener familia y amigos cerca, hay que saber que cuando no es posible, también se puede! Se disfrutan los momentos que compartes con otra intensidad y se valora más la calidad, que la cantidad.
Y es que en el mundo en que vivimos, aparte de la rutina que ya tenemos establecida y que ya sabemos que nos tiene de aquí para allí, muchas veces hace que tengamos que desplazarnos a otro país o a otra ciudad con nuevos proyectos. Y aunque al principio pueda parecer muy difícil (y hablo desde la propia experiencia), mirando todo con un poco de perspectiva, se pueden valorar otras cosas y aprender de cada oportunidad que tenemos.
Desde luego, para los niños (o al menos en nuestro caso), la posibilidad que tenemos hoy en dia de compartir “cenas virtuales” o momentos de juego con la familia que vive más lejos, es algo que les permite mantener el vinculo presente, y disfrutar de cosas cotidianas del día a día casi como si estuviéramos en la misma casa! Y para los adultos, les hace poder vivir de otra manera el crecimiento de los más pequeños y enriquecer mucho más la relación!
Por eso, cada oportunidad que tengo de celebrar “en vivo” intento disfrutarla al máximo, aunque tenga que madrugar para preparar un pastel de manzana! 🙂